Un sí a las bodas tipo cóctel
Marina y Tomás me escribieron en febrero para coordinar su boda. Cuando nos reunimos por primera vez me atrapó la energía y naturalidad que ponían en todo, y entendí porqué querían una boda tipo cóctel: querían estar con los suyos, con todos, todo el rato.
No buscaban una celebración convencional; querían un cóctel único, dinámico y lleno de momentos para compartir.
La ceremonia civil tuvo lugar en el patio principal de la Hacienda Villanueva del Pítamo, decorado con un toque sencillo por Coquelicot. Las palabras de los familiares y amigos tocaron el alma de todos los presentes, y fue, sin duda, una de las más íntimas en las que he estado.
La celebración transcurrió con un cóctel en el propio jardín de la hacienda.
Durante el cóctel, servido por catering Sartoria, una variedad de puestos conformaron el marco perfecto para crear un ambiente único y dinámico.
La disposición de los puestos, junto a la actuación de Ohana, permitió que los asistentes interactuaran entre sí mientras disfrutaban de un aperitivo delicioso, sumergidos en una atmósfera animada y acogedora que reflejaba la esencia de la los novios.
“Conocimos el grupo una tarde de chiringuito en la playa en la que pasamos los veranos y supimos que tenía que tocar
en nuestra boda.”
Las luces, el sonido, y todo lo relacionado con el ambiente visual, a cargo de Digital Dreams, fueron cuidadosamente planeados para que todo encajara perfectamente.
Ver a Marina y Tomás juntos, rodeados de su familia y amigos, disfrutando de una celebración que fue medida realmente con un único objetivo: el disfrute de los suyos.
Sin perfeccionismos ni excesos. Pura muestra del amor que hay entre ellos y hacia sus seres queridos.
Fotografías de Couché.
María y Alexis se conocieron en Madrid, y se casaron el pasado 29 de Junio en Sevilla.
María compartió la mañana de preparativos junto a su familia, entre ellas su hermana Lucía, (de esta última compartimos su boda: Lucía y Luis). Julia Hidalgo se encargó del maquillaje y peinado.
El vestido de novia lo diseñó Carmen Maza conservando su estilo sencillo y favorecedor, combinado con un velo de su familia que sustituiría durante la celebración por una tiara de flores naturales de Cártamo.
La ceremonia tuvo lugar en la Catedral de Sevilla. Alexis asistió a la ceremonia andando, acompañado por las amigas de María.
La celebración tuvo lugar en la Hacienda Los Molinos de Maestre, decorada con el gusto impecable de Ángela Bustamante.
Son de Cuba acompañó el aperitivo entre mambos y guajiras, mientras los invitados disfrutaban de los primeros entrantes servidos por el catering Alda y Terry en el patio exterior.
La cena tuvo lugar junto a la fachada principal, en un espacio amplio iluminado por lámparas de colores que añadían un toque acogedor.
El DJ fue Andrés Osorio. Estuvo en la boda de la hermana de María, y los novios no dudaron en contar con él en su gran día.
Alejandra Salido se encargó de inmortalizar cada recuerdo.
Un verdadero testimonio de amor y unidad.
Su dedicación a la familia es imprescindible de comprender para entender la atmósfera mágica en la que trabajamos. Desde el primer momento, su energía y compromiso me robaron el corazón.
El vestido de Lucía, diseñado junto a Carmen Maza y complementado con una gargantilla muy especial para ella.
Julia Hidalgo se encargó del peinado y maquillaje, con un efecto natural y favorecedor.
Tuvieron una ceremonia íntima y familiar, reflejo de todo lo que comparten, en la iglesia de Las Adoratrices de Sevilla.
La decoración de las flores fue obra de La Esencia de la Flor, que sin robar protagonismo al encanto de la Hacienda Los Molinillos, la convirtió en el escenario perfecto.
El catering fue otro punto destacado de la celebración. Alda y Terry nos deleitó a los invitados con una exquisita variedad de platos, pero la estrella indiscutible fue su tarta árabe.
Tras el vals, el grupo La Tomasa se encargó de abrir la fiesta y contagiar a todos los invitados con su energía. Andrés Osorio fue el DJ, y mantuvo el ritmo en lo más alto hasta el final.
DelTuno puso el broche final en la recena en directo de sus pizzas home-made que se ganan el paladar de todo el que las prueba.
Mónica Ortega hizo las fotos. Tiene otra forma de mirar, de encontrar detalles, miradas y momentos que nadie ve. Retrata con cariño, y eso se nota en el resultado.
A Love Party
Mapi y José sabían exactamente lo que querían desde el principio. Su entusiasmo y claridad en cada decisión hicieron que la planificación fuera tanto un reto como una experiencia increíblemente motivadora.
Querían que su boda no solo fuera un reflejo de su amor, sino también una verdadera fiesta en la que cada uno de sus invitados se sintiera parte de su historia. Y así fue: "A Love Party".
La ceremonia tuvo lugar la tarde del 23 de septiembre de 2024 en la Parroquia de San Antonio María Claret, el colegio en el que ambos se conocieron y crecieron juntos.
Mapi llevaba "abrigo de verano" en lino bordado y mangas abullonadas que ocultaban el primer secreto: la base de un segundo vestido.
La celebración, en la Hacienda Saltillo Lasso, empezaba en lo más alto con Gonzalete al micro. Es un auténtico as a la hora de levantar al público entre temas propios y los de toda la vida. Además, iba al mismo colegio que los novios, otro guiño a su historia que hizo que los invitados se sintiesen aún más en casa.
Pero sin duda, la estrella del aperitivo fue el photocall de Pitipiclín, una cabina de teléfono que recordaba a sus tiempos en Londres, en la que, además de tomar fotos, podías dejar un mensaje de voz como recuerdo para los novios.
La cena, tuvo lugar en el jardín de Saltillo, decorado por Mirka con motivos de fiesta ochentera, brindando un adelanto a lo que estaba por venir. En la entrada de los novios, Mapi desvelaba el vestido de corte halter y espalda descubierta que llevaba bajo su abrigo de lino, al que añadió un lazo como broche de oro.
No faltaba un solo matiz, cada elemento estaba cuidadosamente pensado para crear una atmósfera de alegría y celebración.
Y aunque los novios habían planificado cada minuto, sus invitados también quisieron sorprenderles: El discurso de sus amigas, la canción "Las Madres", de Mi Hermano y York, que les dedicaron sus amigos, y el baile que prepararon todos los invitados.
La coordinación de cada detalle se convirtió en nuestra prioridad.
Tras el vals, Bomberai puso a tono la primera parte de la fiesta, en exterior, a la vez que las primeras víctimas del Glitter Bar y el Vapper-man de GO! iban apareciendo.
La entrada a la cristalera daba pie a la segunda parte de la fiesta, y Mapi eligió un tercer diseño, también con espalda descubierta, para cerrar el gran día.
Los invitados recibían pulseras que se iluminaban a la vez que los globos luminosos que caían desde el escenario, recordando a un concierto de Coldplay.
José quiso sorprender a Mapi con un show que cobinaba coctelería y fuego al ritmo de Pitbull, un auténtico espectáculo, y un saxo en directo entre pase y pase.
Literalmente "don´t stop the party".
Andrés Osorio se encargaba de dar voz a cada show desde el escenario.
El Catering fue Santa Teresa, propio de la hacienda, y realmente me sorprendió por su atención y su capacidad de adaptación al cronograma.
Las fotografías son obra de Couché, que se encargó de capturar cada detalle de este gran día. Una fiesta en todos los sentidos.
Al mal tiempo, buena cara
Dicen que novia mojada, novia afortunada.
Recuerdo claramente el día en que Ana y Pablo me eligieron para ser parte de uno de los días más importantes de sus vidas. Desde el primer momento, la confianza que depositaron en mí fue palpable, y esa cercanía que se fue construyendo durante la planificación se convirtió en la base para superar cualquier desafío. Y vaya que si los hubo.
La noche previa a la boda ya nos adelantaba el primer aviso con un chaparrón: nos íbamos a mojar.
Con menos de 12 horas por delante, readaptamos los tiempos y reubicamos espacios dentro de las posibilidades de una única zona interior.
La mañana de la boda, el tiempo parecía no cambiar, hasta la hora de la ceremonia. Ana, vestida de Lorenzo Caprile, entraba a la iglesia del brazo de su padre en una tregua que brindaba la lluvia.
La celebración tuvo lugar en la Finca La Caprichosa, iluminada por Ludisound. La lluvia parecía respetar los tiempos, y el aperitivo no había hecho más que empezar cuando los invitados lo daban todo al ritmo del saxo. Tanto, que a finales del cóctel algunos no notaban que empezaba a chispear. Otros lo notaron, y tomaron la mejor decisión: bailar.
Entonces entendí que aún cuando la planificación falla, la actitud correcta puede convertir cualquier reto en una anécdota memorable. Y para actitud, la de los novios y los invitados.
Entonces entendí lo de "al mal tiempo buena cara". Que aún cuando la planificación falla, la actitud puede ganar. Y para actitud, la de los novios y los invitados, que no desaprovecharon la ocasión de empezar la fiesta antes de lo planeado, a los mandos de Andrés Osorio y Cosa de Dos y bajo el objetivo de Gayonso.
Para cerrar el día, y por si acaso no habían pasado por agua suficiente, cerraron la fiesta en la piscina. Calados, tal como habían empezado. Sacándole una sonrisa a lo que más les preocupaba horas antes: el agua. Actitud. Y mucho amor.
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